

ENTREVISTA con Lolo Martín
¿Puedes explicarle al público tu trayectoria?
Sí, claro. Soy Lolo Martín y empecé a estudiar teatro a los 13 años en mi isla, Gran Canaria. A los 18 me mudé a Madrid y estudié interpretación, guion y dirección de cine. Empecé a trabajar como actor en el audiovisual muy joven, a la edad de 20 años en “La máquina de bailar”, una película de Santiago Segura, así como en varias series de TV de Globomedia, en aquel entonces la productora de ficción más importante de España. En 2010 fundé 23 Razones Creaciones Artísticas, mi marca para la producción de obras de teatro y distintos encargos audiovisuales que tenía en aquella época. Con la compañía empezamos a crecer y estrenamos en varios teatros importantes de Madrid como el Arenal, el Galileo o los Cines Callao. Paralelamente trabajé como actor en varios proyectos internacionales, como The Indian Queen (USA y Rusia), Death in Venice (Alemania) y Hora menos (Venezuela) y empecé a desarrollarme como autor teatral con textos propios (Loca Academia de Inglés, Que viene Obama) así como versionando obras de otros autores (La señorita Julia, Fando y Lis, los hermanos Álvarez Quintero). Actualmente me desempeño como actor, director, escritor y productor tanto en cine como en teatro.
¿Cuantos años llevas haciendo películas?
“Corona” es el primer cortometraje que dirijo yo solo, aunque realmente mi debut como creador audiovisual fue cuando tenía solo 19 años. Escribí un guion titulado “Montón de mafia” y, aparte de interpretarlo, me involucré en la producción. Tanto ese corto como el siguiente que hice, titulado “Así es mejor”, fueron cortometrajes que se quedaron en un cajón, pero que me sirvieron como prácticas de lo que tendría que venir después. Hasta “Corona” no volví a involucrarme en la creación audiovisual propia, aunque sí que he seguido ligado a este medio por dos vías: principalmente como actor, ya que he trabajado mucho en cine y TV; y también como director de varios vídeos corporativos para diversos clientes, grabaciones audiovisuales de obras de teatro y videobooks de actores.
¿Por qué empezaste a hacer películas?
Desde pequeñito era mi pasión, recuerdo ver películas con 4 ó 5 años y preguntarle a mi madre todo lo que se me ocurría: cómo hacían tal o cuál escena, si los actores eran así de verdad, si lo que se veía era verdad o mentira. Aparte también parece ser que me aprendía los diálogos de las películas y luego los interpretaba como si estuviera yo en la escena, ya que ésto mi familia siempre me lo recuerda.
Cuéntanos un poco sobre tu proyecto. ¿Qué podrá ver el público en tu película?
Verá un retrato de una época de nuestras vidas que todos tenemos presente y, en mayor o menor medida según cada caso, nos impactó fuertemente. Pero más allá de lo que se cuenta lo que le recomiendo al espectador es que abra su sensibilidad. Es un corto para verlo con el corazón y no con los ojos.
¿Por qué hiciste este proyecto?
Estábamos confinados en nuestras casas y pensé: “o hago algo o me muero”. Y decidí darle forma a este proyecto. Según lo iba desarrollando me di cuenta de que podía empezar a grabarlo yo solo, y así hice.
Uno de los problemas que enfrentan algunos directores es dirigir y tratar con actores, especialmente en el mundo amateur. ¿Cómo ves este tema? ¿Qué tipo de trabajo haces con ellos?
Hay de todo tanto en el mundo de la dirección como de la interpretación. Yo conozco ambos y sé qué necesita el actor y qué el director. Lo que me ha dado tantos años de experiencia en ambas áreas es que me ciño a mi función; es decir: no dirijo cuando actúo y no actúo cuando dirijo. Hacer lo contrario es, como tú dices, amateur. Tener claros los límites es muy sano para todas las partes. No obstante, en el 90% de los proyectos, o quizá más, hay muy buena sintonía entre el director y los actores y esa es una de las claves del éxito. Yo dirijo actores (y a mí mismo cuando me toca) desde la emoción, entendiendo cuál es el trabajo del actor y hablándole en su idioma. De todas formas, cada actor es un ser distinto a los demás y hay que abordar el acercamiento a él de una manera personalizada y, sobre todo, con mucho respeto hacia su propuesta. Incluso aunque se la cambies, el respeto y la validación a su visión son fundamentales para evitar malestares.
Una buena película requiere la participación de todos los departamentos. Pero normalmente no podemos asignar todos los recursos a una buena fotografía ni gastar mucho dinero en postproducción de sonido ni en contratar actores. En tu proyecto, ¿qué porcentaje has asignado? No me refiero solo al dinero, sino también al tiempo. Del 100% del tiempo/dinero, ¿qué porcentaje dedicaste a cada departamento?
-Direction: 100%
-Photography: 100%
-Sound: 25%
-Postproduction: 25%
-Work with actors: 100%
-Art direction/locations: 100%
Si pudieras volver atrás, ¿qué cambiarías de este proyecto? (1 sola cosa)
Nothing.
¿Qué es lo que más te alegra de este proyecto?
Lo que más feliz me hace es que está llegando a muchísima gente en muchísimas partes del mundo y estamos traduciendo el trabajo en selecciones, nominaciones y premios de una manera que no imaginábamos.
Pide un deseo a los dioses del cine. ¿Qué les pides?
Hacer un largometraje.
¿Qué película te hubiera gustado dirigir?
La Escalera de Jacob
¿Qué tipo de cine te gusta? ¿Género, directores, actores?
Me gusta el cine de autor, personal, artesanal, casi como una pieza de orfebrería. Me gustan los guiones con personajes carismáticos en los cuales el espectador puede reflejarse desde un naturalismo extremo, que encadene sorpresas, proponga un ritmo alto y cuya historia contemple la magia.
Imagina que se pierden todas las películas. Si pudieras salvar tres películas, ¿cuáles serían?
Forrest Gump, Titanic y Cisne Negro
Si tienes más proyectos en marcha, ¿podrías darnos un poco de información?
Tengo dos largos escritos que me encantaría filmar. Le daré toda la info a aquella productora que quiera sentarse a oírme.